Cuidó su último achaque
con las manos santas
de una santa esposa.
Calmó sus dolores.
Le dio aguardiente.
Preparó el chupito
que lo hacía alegre.
Le dijo que era
un hombre valiente.
Un día le puso
chorizos y queso.
No le dijo nunca
que no era sincera.
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Lencería Amor de Esposa: La Lencería que no querrás quitar.
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