Le llamaba mi rey
y él mi señora
cuando eran novios
sin prometer boda.
Las lunas tan dulces
ocultaban soles
con rayos de oro.
En los desayunos
comían los churros
siempre sin azúcar
mojados en leche
de cabras del norte.
Las lunas tan dulces
anunciaban días
de café y flores.
En las cenas hubo
besos y dolores
cuando se asomaba
la duda en persona.
Las lunas tan dulces
dejaron de ser
dulces siendo lunas.
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Diario de una Miss Culta: Vacaciones monárquicas en Abu Dabi
La isla Zaya Nurai en Abu Dabi es una isla que conocí cuando estaba desierta durante un viaje con mi marido hace años. Era un trozo de ti... diariodeunamissculta.blogspot.com |
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