Ha llegado a mi cuello
el collar que es de oro
como todos los collares
que me regala mi novio.
Lleva circonitas puras
más caras que un bizcocho
sobre todos los kilates
añadidos a la joya.
Acaricio con mi dedo
cada rincón y recuerdo
el momento en que besaste
mis orejas sin pendientes.
Tus labios aún tenían
la nocilla de una fiesta
en la que tu hijo pequeño
soplo cinco años en velas.
Cuando tus labios llegaron
a mis labios más sedientos
mordí la piel que besaba
hasta oírte un te quiero.
-------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario