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sábado, 14 de septiembre de 2024

Amor en la cama

Acabó de despertar
y no estabas...
No sentí tu piel
acariciándome
ni tu aliento despertó
mi aliento enamorado,
ni un ronquido tuyo
perturbó mi cansancio...

No estabas...

Pensé que habías muerto,
amor, ¡amor mío eterno!,
y sentí la angustia
y lloré con ganas.

Entonces recordé
que me habías dejado
el día que estrené
un pijama de rayas.

Tú me querías ver
de rojo y enamorada.
Yo tuve alguna duda
y te fuiste marchando
del brazo de la amiga
que acabé denunciando
por robar mi tesoro,
mi hombre, mi descanso.

La sentencia fue esta:
está usted divorciada.

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