Llegamos a Benidorm enamorados.
Nos fuimos sin saber si se acabaran
las ganas de recibir más abrazos,
las noches juntos, los días separados.
Juntaste los ahorros y dijiste:
ahí te quedas, yo marcho.
Volví a Benidorm para buscarte
en cada amor o nuevo amante.
Comparaba tus besos con sus besos,
buscaba tus dientes en sus caras.
Perdía el tiempo sin saberlo
hasta que empecé a olvidarte.
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Benidorm me encanta. Pasé toda mi adolescencia veraneando en Benidorm. Por eso cuando vamos a esta bonita ciudad del Levante... diariodeunamissculta.blogspot.com |
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