Era la abuela más guapa
cuando la miraban sus nietos
y contaba cuentos vividos
en un álbum de fotos de cuento.
Señalaban dedos infantiles
los vestidos largos de fiesta.
Les hablaba de aquellos modistos
con la firma impresa en las telas,
pero nunca decía los precios.
Una nieta estudió matemáticas
echando cuentas al fondo de armario.
¿Qué haces, mi niña pequeña?,
reía la abuela, mirando los números
de sumas muy largas y restas de ceros.
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Ha llegado Carolina a edad de jubilación con las canas bien peinadas y la sonrisa en esplendor. Sin engordar se mantiene ... newyorkchic1.blogspot.com |
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