Ella era una esposa feliz.
La otra era la otra feliz.
No sabían una de la otra
porque el culpable era
un hombre en doble.
Las quería como se quieren
los dos objetos que coleccionas:
uno lo usas, otro lo tocas.
Por eso siempre odiaría
el día en que supo
una de la otra
y tuvo que elegir,
y eligió a la joven.
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