Siempre he sido
la invitada perfecta
por los regalos que doy
y por mis vestidos largos.
Hoy llego enseñando
mis piernas depiladas
gracias a un vestido
fruto de mi trabajo.
Subida a mis tacones,
parezco más delgada
y susurra mi ex suegra
que como espinacas.
Es cierto que no como
alimentos con grasa
para tener cintura
de avispa divorciada.
Aplauden a los novios,
pero de mí aún hablan
las lenguas que pasean
siempre que hay mariscada.
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